Estos días, en La Nueva España, se publicó un artículo firmado por José Antonio Sáenz de Santa María Benedet intentando vendernos la idea de que la mina de Salave, en Tapia de Casariego, es un «proyecto estratégico». Se apoya en la nueva ley del Principado y en un reglamento de la UE, pero la realidad es otra: esta mina solo traería daños al medioambiente y pondría en peligro el modo de vida tradicional de la gente.
La minería en Asturies: cosa del pasado, no del futuro
Algunos dicen que la minería siempre fue importante en Asturies y que debemos seguir con la tradición. Pero esto no es más que un intento de manipulación. No hay que ir muy lejos para ver cómo terminó la minería del carbón: contaminación, una economía empobrecida y cientos de personas sin trabajo. O el desastre de Boinás en Belmonte de Miranda, con vertidos de Cianuro, Arsénico, Mercurio y Sólidos en suspensión en concentraciones superiores a los autorizados.
Lo que Asturies necesita no es otro negocio efímero que destruya el territorio, sino un modelo sostenible que garantice empleo real y un futuro digno para nuestros hijos/as.
Expertos al servicio de las mineras
Debemos cuestionarnos la credibilidad de quienes se presentan como expertos pero solo defienden los intereses de las empresas mineras. Nos intentan convencer con medias verdades y omisiones, pero la realidad es clara: esta mina traerá más perjuicios que beneficios.
Un ejemplo claro de esta manipulación es la afirmación de Sáenz de Santa María de que el terreno de Salave no tiene acuíferos importantes. Sin embargo, la Confederación Hidrográfica cree que hay un riesgo para la calidad del agua. No podemos jugar con el agua, ye nuestro recurso más valioso.
Tampoco mencionan el impacto en el paisaje y el turismo. Tapia de Casariego es un lugar único, con pesca y turismo que sostienen la economía local durante todo el año. Si se instala una mina, ¿quién va a querer visitar un agujero en vez de disfrutar de los acantilados y el mar?
¿Empleo? ¿Para quién?
Otro gran engaño es la promesa de empleo. No nos dejemos engañar: la minería actual está altamente mecanizada y apenas necesita trabajadores. Crean cuatro empleos temporales, y cuando la mina cierra, la gente se queda sin nada. Poniendo en riesgo otros empleos estables en la zona.
Si había alguna duda, según El Comercio de ayer, el Gobierno del Principado estima «inviable» la mina de Salave. Además, el Ayuntamiento de Tapia también se posicionó en contra. Entonces, ¿quién quiere esta mina? Desde luego, la gente del pueblo no. El impacto ambiental es inasumible.
Esta decisión deja claro un mensaje: en Asturies no hay sitio para proyectos mineros que pongan en riesgo el agua entre otras cosas. Sin embargo, mientras celebramos este avance en Salave, vemos con preocupación que en Peñamayor quieren repetir el mismo error.
La minería no es el futuro de Peñamayor
Desde Salvemos Peñamayor, decimos alto y claro que el Proyecto de Investigación Minero en Peñamayor es otro intento de explotación sin sentido, que pone en peligro nuestro territorio y nuestra forma de vida.
El caso de Salave nos demuestra que estos proyectos no son estratégicos ni sostenibles: son chanchullos para que unos pocos se enriquezcan mientras destruyen Asturies. Lo que necesitamos no es más minería, sino inversiones en proyectos duraderos, que generen riqueza sin contaminar ni arrasar nuestro entorno.
El PIM Astur A en Peñamayor es una trampa que solo beneficiará a unos pocos especuladores, dejando a los asturianos con las consecuencias. No lo vamos a permitir.